Por la gracia de nuestro buen Salvador estoy nuevamente en Campana. El viaje de regreso fue sin inconvenientes. Cuando sume las horas de viaje de avión me di cuenta de lo inmenso que es nuestro continente. El viaje de Fortaleza - Ceará a Buenos Aires duró 6 horas. Pero lo más maravilloso fue encontrar hermanos tan queridos en la Igreja Batista Manancial que son un ejemplo para nuestras vidas de la dedicación que debemos tener por la obra misionera. En ellos se cumplio cabalmente el texto 3Jn 1:5-8 "Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje. Porque ellos salieron por amor del nombre de El, sin aceptar nada de los gentiles. Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos con la verdad."

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